Desde una esquina del tiempo llega el rumor de sus voces. Mucho de lo que susurran a mi oído nunca será conocido. Pero algunas palabras verán la luz del papel, y serán.



sábado, 23 de abril de 2016

Sin luz



Para poder
seguir viviendo
sin vivir,
trasmuta mi piel
en cáscara.
Dura caparazón.
Seca.
Estéril de ternura.
Impermeable
al gozo
al dolor
a la sorpresa.
Piel silente,
nostálgica de nada,
que envuelve un no ser
hastiado,
unos jirones de recuerdos,
una tristeza que cala
hasta los huesos,
y un pabilo
imposible ya

de encender.
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sábado, 16 de abril de 2016

Elección


   Los rayos del sol penetran en la imagen casi horizontalmente, creando unas sombras largas, estilizadas, sugerentes. A esta hora, en que la tarde agoniza, los distintos tonos de verde alcanzan su más diáfana expresión, antes de comenzar a opacarse lentamente y culminar siendo todos una única sombra. Los troncos, con sus ropas de musgo, han crecido libres, anárquicamente torcidos, según los ha guiado la luz que les da la vida.

  La ocre hojarasca, que se tiende cual manto crujiente, habla de renovación, de futura descomposición que volverá a trepar desde las raíces para plenificar de savia nueva hasta la última nervadura de la última hoja.


     El cuadro que se presenta ante mis ojos es de una belleza tal que afianza mi decisión: éste es el lugar indicado. Conociéndote como te conozco, estoy seguro que tú también estarías de acuerdo. ¿Quién osaría romper esta armonía y esta paz para buscar tu cadáver?
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sábado, 9 de abril de 2016

Despedida



Te elevas entre volutas azuladas, y unos destellos rojizos me permiten ver cómo te retuerces, cómo estiras inútilmente tus manos hacia el borde, sabiendo que ya no puedes alcanzarlo. Eso me duele tanto como a ti.
Un cinturón de claveles blancos aprisiona tu cintura contra el pino, otrora vital y desafiante, que ahora yace inerte, bajo tu cuerpo helado.
La Muerte ha venido a desintegrar la vida, como un fuego incontrolado, que lo arrasa todo, sin reparar en sueños, amores o poemas.

Sólo queda, palpitando débilmente  entre las cenizas, esta tremenda soledad.

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