Desde una esquina del tiempo llega el rumor de sus voces. Mucho de lo que susurran a mi oído nunca será conocido. Pero algunas palabras verán la luz del papel, y serán.



jueves, 24 de mayo de 2012

De precauciones se trata


El viento, fortísimo, sacudió violentamente mi casa, y poco a poco, la fue desmantelando.

Afuera, en las sombras, brillaron por un instante aquellos ojos, que me venían acechando desde hacía varios días. No tuve otra opción que huir. Mi vida dependía, ahora, de mi velocidad.

Mientras corría, sintiendo muy cerca el fétido aliento de mi perseguidor, recordé las sabias palabras de mi hermano mayor. ¡Cuánta razón tenía!

Nunca debí construir mi choza de paja.

6 comentarios:

  1. Uy me diò miedo , me recuerda los vientos en la noche cuando estamos en la costa .

    ResponderBorrar
  2. Esta versión del cuento,quizá no tan elaborada, pero mostrando un cerdito- pensante,que de todos modos hizo caso omiso a los consejos del hermano mayor, seguro que si fuera niña y me lo leyeran así, no podría dormirme...sentiría"esos ojos acechándome..."
    Qué suerte estoy bastante mayorcita, pero......

    ResponderBorrar
  3. Este es un cuento "chancho" Hugo, no cabe la menor duda, seguro que son tus recuerdos de niño.
    Muy bueno, me gustó.
    Ojo con la paja, puede malinterpretarse.
    Un abrazo y felicitaciones por Vana Ilusion

    ResponderBorrar
  4. Hugo:
    Una buena vuelta de tuerca al cuento de los Tres Chanchitos.
    Más allá de la moraleja del consejo del Chanchito Práctico, vale porque muestra el temor íntimo del hermanito menos inteligente.
    A las personas les pasa igual que a él. Me consta.
    Saludos sin soplidos.

    ResponderBorrar
  5. :)) Como dice Arturo, a las personas os pasa igual o peor. Si no aprendemos por nosotros mismos de nada sirven los consejos de quiénes pasaron por aqui antes que nosotros. Un abrazo!!!

    ResponderBorrar
  6. El cerdito desde otra óptica. Me gustó mucho la idea. Un abrazo, amigo.

    ResponderBorrar

Si pasas por aquí, aunque sea de casualidad, deja tu saludo, tu opinión, o tu desagrado. Las Musas se alimentan de tus palabras. Gracias.