Éramos muchísimos, y avanzábamos en oleadas, con un único objetivo. Hacía pocos minutos que habíamos logrado romper la barrera y ahora estábamos con rumbo a nuestra meta.
La enorme esfera apareció, impresionante, frente a nosotros. Parecía inexpugnable, pero todos sabíamos que no lo era. Muchos, a mi lado, pasaron de largo. Otros, chocaron contra la mole y quedaron muy endebles. Fueron arrastrados hacia las profundidades.
Tuve el grandioso presentimiento de que aquella era mi hora, y busqué poner todas mis energías en el ataque. Mi intuición me llevó por el camino correcto y, de pronto, quedé posicionado de manera inmejorable. El único sitio vulnerable quedó frente a mis ojos. Me impulsé directamente hacia allí y, literalmente, me incrusté en aquel cuerpo elástico. Empujé con todas mis fuerzas y sacudí enérgicamente mi larga cola, hasta que logré abrirme paso.
Y así yo, uno entre millones, di cumplimiento a la misión: el óvulo quedó fecundado.
Aplausos...!.Buenísimo, con toda imparcialidad comento, eh?.
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