Desde una esquina del tiempo llega el rumor de sus voces. Mucho de lo que susurran a mi oído nunca será conocido. Pero algunas palabras verán la luz del papel, y serán.



viernes, 25 de mayo de 2012

Espectador


El hombre tenía las piernas estiradas, con los pies apoyados sobre la pequeña mesa, que estaba cubierta de platillos con restos de comida. Había varias botellas vacías alrededor del sofá, y el cenicero desbordaba de colillas.


En la pantalla del televisor, la película llegaba a su momento más emotivo: el protagonista lograba rescatar a la muchacha, eliminando a todos sus captores, y la tomaba entre sus brazos, para declararle su amor.

Pero el hombre no pudo disfrutar del desenlace. Hacía más de media hora, el paro cardíaco había sido fulminante.
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5 comentarios:

  1. Muy bueno Hugo, el final como siempre la estocada final.
    Un abrazo.

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  2. Hugo:
    Muy bueno. Fulminante desenlace.
    Y con lo bien que la estaba pasando...
    Con toda seguridad se le fue la mano con la sal de las papas fritas, los maníes, los Chizitos y el alcohol...
    Solo queda esperar que la película fuera una repetición y que ya supiera el final.
    Un saludo.

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  3. Como decimos por aquI: pequeñito pero matón. Si es que hay que tomarse las cosas -y a la chica- con calma...
    Gracias, Hugo, hoy empiezo el día con una sonrisa.
    Un abrazo.

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  4. Muy bueno!! Un placer visitarte y leerte, he pasado un rato ameno. Regreso pronto!!

    http://cuentosdensueno.blogspot.com

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  5. Pero....¿¿¿ por qué se tienen que morir los protagonistas????
    Pobrecillos..... ¿Indultamos al próximo?... ;)
    Un abrazo

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