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Dos lágrimas
brillantes corrieron por sus mejillas, y el temblor emocionado de sus manos se
fue contagiando al resto de su cuerpo.
Avanzó hacia la
ventana, conteniendo la respiración, llevando el cuenco entre sus manos, como
si se tratara de un tesoro muy frágil. La abrió, y colocó la maceta en el
alféizar, haciendo una mueca de desagrado, ante la ráfaga de aire ardiente y viciado
que penetró en la habitación.
Afuera, nada
había cambiado. Hasta donde alcanzaba la vista, todo era desolación. Edificios
y calles destruidas, columnas y cables por el suelo, vehículos abandonados,
muchos de ellos incendiados. La permanente bruma que formaban los gases y las
partículas, apenas permitía vislumbrar la luz del sol. No se escuchaba ningún
sonido. No se distinguía presencia humana, ni siquiera de algún animal o
insecto.
La mujer apartó
la mirada de aquel tétrico escenario, y volvió a posarla en la planta, cuya
verde silueta se recortaba en la ventana, contrastando escandalosamente con el
gris ceniciento del exterior.
Sus manos, ya sin
temblores, fueron a juntarse sobre la curva pronunciada de su vientre, y en sus
labios asomó, muy levemente, la promesa de una sonrisa.
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El renacer de la vida.
ResponderBorrarMuy poético amigo y que bella manera de contarlo. Contagia la calma.
Un abrazo.
Me gusta cómo escribes; ya lo sabes. Y me gusta cómo cuidas la prosa. Es un cuento precioso. Enhorabuena. (No dejes de pasarte por "La historia que no se ve", hay nuevas páginas y echo de menos tus opiniones)
ResponderBorrarME ENCANTÓ ESTE POST, TIENES UNA MANERA MUY GENIAL DE LLEVARNOS DE LA MANO. Y SI A ESTO LE SUMAS EL CUADRO DE DALI QUE TIENES COMO IMAGEN, HACEN LA ARMONIA PERFECTA DE ESTA ENTRADA
ResponderBorrarSALUDOS Y CON PERMISO TE SIGO
CARLOS
Mientras haya una partícula de vida siempre habrá futuro y esperanzas.
ResponderBorrarHUGO, hermoso relato felicitaciones!
Hugo, es hermoso en sí este cuento. Hermoso y esperanzador a pesar del gris que se vislumbra tras la ventana. Hay vida que viene en camino y vida que renace en la planta. Y mientras haya vida, hay futuro.
ResponderBorrarUna prosa poética muy gratificante y hermosa.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Bravo, poeta!
ResponderBorrarUna historia delicada, con un giro fantástico para pasar del desconsuelo a la esperanza.
Me gustó mucho.
Un abrazo, Hugo.
Genial cuento Hugo, fantástico. Concreto y potente, un abrazo.
ResponderBorrarHola Hugo, yo vengo desde los lunes ecológicos de Luisa, para darte la enhorabuena por ese texto lírico en el que has desparramado una paleta de colores muy acomodada a tu mensaje.
ResponderBorrarPrecioso también el ambiente que recreas para una sonrisa esperanzadora en este texto titulado "Futuro". Personalmente me gustan este tipo de lecturas, así que decido quedarme si tú me dejas.
En mi blog, ...encontrarás un poco de casi todo y si vienes : también serás bien recibido.
Un abrazo desde mis palabras.
Un abrazo enorme a todos y todas, y mi agradecimiento por la deferencia de leer y comentar mis locuras. Bienvenidos aquellos/as que se acercan por primera vez, espero no ahuyentarlos.
ResponderBorrarBonito cuento, Hugo, felicidades.
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