Desde una esquina del tiempo llega el rumor de sus voces. Mucho de lo que susurran a mi oído nunca será conocido. Pero algunas palabras verán la luz del papel, y serán.



domingo, 18 de marzo de 2012

El ómnibus


             Salió corriendo a la calle, con el pelo mojado, recogido en una trenza, y el uniforme escolar puesto a medias. Cuando el ómnibus se detuvo en la parada, a ella le faltaba media cuadra para llegar, pero el conductor la conocía, y se entretuvo un poco, para darle tiempo a alcanzarlo. Cuando logró ubicarse en un asiento, soltó el aire de sus pulmones y terminó de arreglarse la ropa. Miró, distraídamente, por la ventanilla. Sus ojos de ama de casa ya no descubrían belleza en aquellos paisajes habituales, todo le parecía monótono. Para colmo, las náuseas del embarazo le hacían muy incómodo el viaje. A la mitad del recorrido, subió un vendedor de caramelos. La insistencia de su pequeño hijo logró que comprara dos bolsitas. Incluso comió algunos, con la esperanza de endulzar un poco la jornada. Cuando llegaron al cruce con la avenida principal, el tránsito estaba detenido, por una manifestación de trabajadores. Se puso muy nerviosa: no quería llegar tarde a la ceremonia de graduación de su hijo. ¡Le parecía mentira! ¡Verlo recibido de arquitecto! Pero la demora no fue demasiado y, en la siguiente parada, subieron sus amigas, sus compañeras inseparables del Club de la tercera edad que frecuentaban.

            El ómnibus se detuvo, y el conductor tuvo que acercarse a su asiento para despertarla.

            — ¡Abuela, despierte! Usted se baja aquí. Mire, ahí están sus nietos, esperándola.

9 comentarios:

  1. Bien hecho, poeta. Un bonito retrato del camino de la vida. Me gustó. De hecho me supo a poco, quizá ese planteamiento te habría dado para algunas líneas más. El tiempo... supongo. Un abrazo.

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    1. Deliberadamente traté que todo entrara en un párrafo. Vivimos vertiginosamente. Eso que tu sientes que falta, es lo que nos perdemos al vivir así. Gracias por estar siempre, Fernando.

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  2. Me ha encantado. Gracias por compartir!!! Un abrazo

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  3. Toda una vida en 18 renglones, ¡Que poder de síntesis!
    Muy bueno y original. Tengo que aprender a escribir como vos.
    Un abrazo.

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    1. Gracias, Alberto. Tú tienes que escribir como tú mismo. y muy bien que lo haces. Adelante!

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  4. Sin palabras. Asusta el paso del tiempo. Asusta no darse cuenta.

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  5. Muy buen microrrelato, Hugo.
    Bien logrado el efecto de volatilidad de la vida.
    A mi me parece mentira que ese ómnibus viaje tan rápido.
    Saludos.

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  6. Gracias, Arturo, por tu opinión y por tu visita a la página. Trataré de hacerme tiempo para leerte.

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