El hombre tenía las piernas estiradas, con los pies apoyados
sobre la pequeña mesa, que estaba cubierta de platillos con restos de comida.
Había varias botellas vacías alrededor del sofá, y el cenicero desbordaba de
colillas.
En la pantalla del televisor, la película llegaba a su
momento más emotivo: el protagonista lograba rescatar a la muchacha, eliminando
a todos sus captores, y la tomaba entre sus brazos, para declararle su amor.
Pero el hombre no pudo disfrutar del desenlace. Hacía más de
media hora, el paro cardíaco había sido fulminante.
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Muy bueno Hugo, el final como siempre la estocada final.
ResponderBorrarUn abrazo.
Hugo:
ResponderBorrarMuy bueno. Fulminante desenlace.
Y con lo bien que la estaba pasando...
Con toda seguridad se le fue la mano con la sal de las papas fritas, los maníes, los Chizitos y el alcohol...
Solo queda esperar que la película fuera una repetición y que ya supiera el final.
Un saludo.
Como decimos por aquI: pequeñito pero matón. Si es que hay que tomarse las cosas -y a la chica- con calma...
ResponderBorrarGracias, Hugo, hoy empiezo el día con una sonrisa.
Un abrazo.
Muy bueno!! Un placer visitarte y leerte, he pasado un rato ameno. Regreso pronto!!
ResponderBorrarhttp://cuentosdensueno.blogspot.com
Pero....¿¿¿ por qué se tienen que morir los protagonistas????
ResponderBorrarPobrecillos..... ¿Indultamos al próximo?... ;)
Un abrazo