Afuera, en las sombras, brillaron por un instante aquellos
ojos, que me venían acechando desde hacía varios días. No tuve otra opción que
huir. Mi vida dependía, ahora, de mi velocidad.
Mientras corría, sintiendo muy cerca el fétido aliento de mi
perseguidor, recordé las sabias palabras de mi hermano mayor. ¡Cuánta razón
tenía!
Nunca debí construir mi choza de paja.
Uy me diò miedo , me recuerda los vientos en la noche cuando estamos en la costa .
ResponderBorrarEsta versión del cuento,quizá no tan elaborada, pero mostrando un cerdito- pensante,que de todos modos hizo caso omiso a los consejos del hermano mayor, seguro que si fuera niña y me lo leyeran así, no podría dormirme...sentiría"esos ojos acechándome..."
ResponderBorrarQué suerte estoy bastante mayorcita, pero......
Este es un cuento "chancho" Hugo, no cabe la menor duda, seguro que son tus recuerdos de niño.
ResponderBorrarMuy bueno, me gustó.
Ojo con la paja, puede malinterpretarse.
Un abrazo y felicitaciones por Vana Ilusion
Hugo:
ResponderBorrarUna buena vuelta de tuerca al cuento de los Tres Chanchitos.
Más allá de la moraleja del consejo del Chanchito Práctico, vale porque muestra el temor íntimo del hermanito menos inteligente.
A las personas les pasa igual que a él. Me consta.
Saludos sin soplidos.
:)) Como dice Arturo, a las personas os pasa igual o peor. Si no aprendemos por nosotros mismos de nada sirven los consejos de quiénes pasaron por aqui antes que nosotros. Un abrazo!!!
ResponderBorrarEl cerdito desde otra óptica. Me gustó mucho la idea. Un abrazo, amigo.
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